El aire que respiramos en nuestras ciudades nos está matando. En todo el mundo, 3 millones de muertes cada año son causadas por la exposición a la contaminación del aire exterior. Es el más antiguo, el más joven y el más vulnerable que están en mayor riesgo. Reducir la contaminación del aire es esencial para proteger el clima y salvar vidas.
Sin embargo, en todo el mundo, la industria automotriz continúa invirtiendo y fabricando vehículos que se sabe que envenenan el aire que respiramos. La industria del automóvil tiene una oportunidad histórica: tomarse en serio la contaminación del aire para salvar a las personas y al planeta.
En este momento, no faltan los esfuerzos locales, nacionales y globales para mejorar la calidad del aire global, como la campaña BreatheLife. Los alcaldes de muchas de las principales ciudades del mundo ya se están comprometiendo a tomar medidas serias. La inversión en tecnologías sostenibles está creciendo cada año. Ahora es el momento para que las compañías que fabrican nuestros automóviles ayuden a liderar una transformación de la calidad del aire, comenzando con estas dos promesas:
1) Los alcaldes de varias grandes ciudades se comprometen a eliminar todos los vehículos diesel de sus ciudades para 2025. Los fabricantes de vehículos deben apoyar este esfuerzo al comprometerse a dejar de producir vehículos diesel para 2025.
2) Apoyar la transición rápida a vehículos eléctricos, de hidrógeno e híbridos, reemplazando los vehículos tradicionales altamente contaminantes. Todos los fabricantes de vehículos y maquinaria pesada deben promover el desarrollo y la integración de estas tecnologías.
Las elecciones que hagamos hoy todos nosotros, ciudadanos, consumidores y fabricantes decidirán qué tipo de aire respirarán nuestros hijos. Hacemos un llamado a la industria automotriz para que nos ayude a lograr esa transformación de la calidad del aire.
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